martes, 15 de diciembre de 2009

La Niña Esquina

Títeres de carbón,


corretean a los segundos que se escapan

entre las aspas del sol;



Y en la curva de un nombre,

fracturada ella se detiene

con sus ojos pintados a cielo

y armada de grapas y carteles,

impregna sobre le macizo de mugre

los tumbos que su locura le impone.



Con tinta de sus ojos

confiesa la escritura de su herida;

camino de suplicio,

adivina su pasado,

ante el pavor

cunde a la deriva

su fe por la vida,

su sonrisa verdadera.



Son esquirlas de dolor que,

muerden sus pasos,

saquen su esperanza;

es dolor lo que denuncia

y no locura a la prisa

el dolor que la consume y la marea

un dolor implacable,

un dolor incurable.

futuro

Incienso que barniza las


Profecías vendidas de madrugada.





Odio este sabor

Este calor,

O este sentir,

Exijo a la paz

Persignarme.





Y trenzar sueños en la planta

De mi cuello,

Y con astucia,

Al mar desollar,

Al aire desertar

Y en la tierra, ¡Madre!

En la calma absoluta.





Poder reír con delirio

Al ver con regocijo la nostalgia

De años libres de modales

lunes, 14 de diciembre de 2009

Mientras




Mientras la tarde carroñera no va de prisa,
Se cuelgan estampillas en el árbol cenicero,
Cardumen de ángeles convictos discurren,
Y en la casa lumpe
Regocijo de justicia

Nudo de riñas, manojo de fiebres
Hambre incolora, auspicioso insulto que asusta.
Suspiro con canas, estrellas viejas,
La lumbre que se apaga, retazos que ya no abrigan.

Armazón de plastilina, pellejo de alquitrán
ojos blindados , coger  con manos crudas
Pétalos de jazmín.
Relaves de sueños reducidos,
Fruto del licor, dolor ambicioso,
La lata resuena, cual hechizo
Se levanta comunista el corazón

Mientras la noche estratega riega amuletos al azar
Se contempla una luna capataz.


un dia cualquiera

Fértil crecía el dolor
Con sus barrotes infinitos
Que me seguían a lo lejos.

Pero ese día el dolor espió en mis sueños,
Y la confusión se amontono esa mañana,
Y todos mis recuerdos emergieron
Como verdugos hambrientos
Que golpeaban a cada segundo.

Y no hubo rincón tan oscuro
Ni agua tan clara donde pude esconderme.

Y mis lágrimas nacieron en todos lados,
Y mis pulmones se llenaban de lingotes de plomo,
Y mis pies abortaban el follaje de sus alas.

Mientras mi mente en susurros que me respiran
Me confiesa:

No te busques,
No te salves,
Que yo conozco este camino de memoria
Que lagrimas ya no corren en tu rostro
Que lo que se acalambra no es músculo,
¿Que si hay silencio?
Si lo hay, te lo prometo
Y no notaras tu ausencia.

Porque yo conozco este camino de memoria
Y se que lleva a la calma perpetua
esa calma que tu ansias
tan dulce, tan fertil
que no habra un cielo smok
para opacar la luz de soledad que poseen tus manos.

No te salves
porque nadie te salvara,
No te busques
porque nadie te encontrara, ni las flores, ni las lagrimas
porque esta vez naceras en calma.